Por: Lic. Soledad Moreno
En el contexto de la escuela de hoy, expuesta a trasformaciones constantes por el avance tecnológico, los cambios sociales y culturales que diversifican nuestras aulas, las nuevas configuraciones familiares y lasdemandas de equidad e inclusión, es preciso que nos detengamos y nos preguntemos, que tipos de ambientes favorecen el aprendizaje. En este sentido, considero fundamental reconocer la importancia de la risa y la alegría en cada una de las aulas, para crear un ambiente de aprendizaje positivo, reduciendo la ansiedad y el estrés, que obstaculizan los procesos educativos.
Entendiendo al humor como actividad que nos acompaña a los seres humanos, que forma parte de nuestras vidas, de nuestra cotidianeidad, debe estar presente en las aulas, ¿o no pasamos un buen rato de nuestro tiempo en ellas?, ¿Lo dejamos afuera o le damos la bienvenida? La risa y el humor incentivan la motivación, movilizan el deseo de aprender, la participación activa y una comunicación abierta, entonces y parafraseando a Laura Lewin ¿Por qué no considerarlas como herramientas pedagógicas valiosas que pueden facilitar el aprendizaje?
En las aulas donde se comparte la risa, donde cada uno puede “ser” genuinamente, se genera un ambiente más humano.
Las personas con sentido del humor son capaces de conectar emocionalmente con los demás y de generar espacios de confianza.
La risa es una manifestación de alegría y bienestar, y en definitiva una descarga emocional que podría definirse como una reacción psicofisiológica. Con la sonrisa, se reducen las hormonas que causan estrés y aumentan las que te dan ánimo y placer, también es contagiosa, por lo cual, en una comunidad, como el aula, permite generar mejores vínculos relacionales e interpersonales, entre estudiantes y docentes.
Crear hábitos de humor, en las escuelas y en las aulas, es clave, desde saludar con una sonrisa, proponer espacios de juegos didácticos, compartir experiencias divertidas, respetar el lugar del otro, promover la empatía, usar palabras que estimulen, que motiven, jugar con las palabras para generar momentos de risa. Tenemos la capacidad de reír, pero hay que entrenarla.
El humor y la risa nos permiten trascender, ir más allá de las complejidades, de las frustraciones, de los miedos a no poder lograr algo, nos permite superar los enemigos del aprendizaje, y ubicarnos en un lugar de POSIBILIDAD, en la construcción del conocimiento, y todo ello sucede en cada una de las aulas por las cuales transitamos la mayor parte de nuestra vida. Los invito a replantear nuestras practicas áulicas en este sentido.