Por: Maximiliano Catalisano

El mundo digital ofrece infinitas oportunidades, pero también esconde peligros que muchas veces pasan desapercibidos para los adultos. Mientras los niños y adolescentes navegan por internet con naturalidad, pueden verse envueltos en actividades nocivas sin ser plenamente conscientes de sus riesgos. Desde desafíos virales peligrosos hasta el acceso a contenido inapropiado, conocer estas amenazas es clave para proteger su bienestar en el entorno digital.

Uno de los problemas más preocupantes es el acceso sin restricciones a contenido violento o inapropiado. A pesar de los filtros parentales y las restricciones de edad, los jóvenes encuentran formas de acceder a sitios que pueden afectar su percepción del mundo y su salud emocional. Los foros y redes sociales también pueden exponerlos a comunidades tóxicas donde se normalizan actitudes agresivas, autodestructivas o extremistas.

Otro fenómeno en auge es el doxing, que consiste en la divulgación de información personal sin consentimiento. Muchos adolescentes participan en esta práctica sin comprender sus consecuencias, exponiéndose o exponiendo a otros a situaciones de acoso y hostigamiento. Además, el ciberacoso sigue siendo una de las principales amenazas en el mundo digital, con burlas, amenazas y difamaciones que pueden trasladarse al ámbito escolar y afectar la autoestima de los menores.

Las plataformas de videojuegos y redes sociales también pueden convertirse en espacios de riesgo. El Grooming, el contacto con desconocidos que buscan ganarse la confianza de los menores con fines malintencionados, sigue siendo una de las mayores preocupaciones para las familias. Además, los retos virales, que invitan a los jóvenes a realizar acciones peligrosas para ganar reconocimiento en línea, han causado múltiples incidentes graves en los últimos años.

Para prevenir estas situaciones, es fundamental que las familias se involucren en la vida digital de sus hijos. No se trata solo de imponer restricciones, sino de generar espacios de diálogo donde los niños y adolescentes puedan hablar abiertamente sobre sus experiencias en internet. Establecer reglas claras, fomentar un uso responsable de la tecnología y educarlos sobre los riesgos que existen en la red son pasos clave para garantizar una navegación segura.