Una salida educativa es indudablemente una experiencia distinta desde el momento en que se desarrolla fuera de la escuela e interactuando con propuestas diferentes a las habituales.
Puede tratarse de un paseo a pie por el barrio , una experiencia directa, una visita a un museo, un evento deportivo, entre muchas otras.
Debe respetarse la normativa vigente y planificar la salida a partir de un proyecto pedagógico.
Las salidas educativas son una herramienta pedagógica valiosa que permite a los docentes enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje. A través de estas experiencias fuera del aula, los estudiantes tienen la oportunidad de conectar la teoría con la práctica, tomando contacto directo con el “contenido” y desarrollando habilidades esenciales para su formación integral.
A continuación, se presentan algunas consideraciones clave sobre la planificación y ejecución de salidas educativas efectivas.
Objetivos claros
¿Qué van a aprender los y las estudiantes? ¿A través de qué propuestas?
Selección del lugar de destino
El lugar de la salida debe ser relevante para los temas que se están trabajando en clase. Museos, reservas naturales, fábricas o instituciones culturales pueden proporcionar un contexto práctico para los conceptos estudiados.Esta elección estará inscripta en un Proyecto Pedagógico que le dará sentido a la salida. Es importante investigar previamente el lugar para asegurarse de que es seguro y se alinea con los objetivos de aprendizaje.
Planificación
Existen varios aspectos que deben considerarse :
● Transporte: Adecuado según la normativa vigente ( seguros, cantidad de asientos,conductores autorizados, empresa reconocida, etc.).
● Responsables y acompañantes: debe ser el personal necesario para garantizar el cuidado de los y las estudiantes.
● Autorizaciones : Además de aquellas firmadas por los adultos responsables, todos los permisos necesarios para la salida.
● Fechas alternativas: En el caso de salidas al aire libre siempre es recomendable organizar más de una fecha posible.
● Actividades : Diseña actividades relacionadas con los objetivos de la salida que incluyan observaciones, toma de apuntes, experiencias directas, debates, entre otras y que fomenten la participación activa de los estudiantes.
● Reflexión: Después de la salida, es esencial realizar una reflexión conjunta. Esto puede incluir discusiones en grupo, redacciones o presentaciones. La reflexión ayuda a los estudiantes a procesar la información y a conectar la experiencia vivida con los aprendizajes teóricos.
● Propuestas inclusivas:Tener en cuenta las necesidades de todos los estudiantes. Proponer actividades que sean accesibles y que todos puedan participar activamente. ¿Existen rampas en el lugar? Hay desniveles? Pensar previamente en esto fomenta un ambiente inclusivo y enriquece la experiencia educativa.
● Evaluación :Es importante evaluar el impacto de la salida educativa. Esto puede hacerse a través de encuestas o mediante la observación de las habilidades y conocimientos adquiridos por los estudiantes. La evaluación no solo sirve para medir el éxito de la actividad, sino también para mejorar futuras salidas.
Conclusión
No podemos perder de vista que una salida educativa es otra forma de aprender un contenido. Con una planificación cuidadosa respetando y un enfoque reflexivo, las salidas educativas pueden transformar la forma en que los estudiantes perciben y se relacionan con el conocimiento. ¡Animarse a llevar a tus alumnos más allá de las cuatro paredes del aula!