Por: Maximiliano Catalisano
Planificar con inclusión no es solo pensar en estudiantes con necesidades específicas, sino diseñar propuestas que contemplen a todos, respetando ritmos, intereses y modos de aprender. Muchas veces, las ganas de planificar de esta forma chocan con el tiempo disponible, el cansancio y la cantidad de tareas que la escuela demanda. Sin embargo, las herramientas digitales pueden ser aliadas reales si se eligen con criterio y se usan con sentido, permitiendo organizar, compartir y diseñar propuestas que favorezcan la participación de cada estudiante.
Una de las primeras decisiones es contar con una plataforma de almacenamiento y organización de materiales que permita tener a mano todo lo necesario para la planificación. Google Drive o OneDrive son opciones que permiten almacenar y clasificar por carpetas los proyectos, las secuencias didácticas y los materiales de apoyo que se utilizan en clase. Este orden permite acceder fácilmente a recursos que pueden ser adaptados según las necesidades de cada grupo o de cada estudiante, compartiendo con colegas y construyendo una biblioteca común.
Otra herramienta digital que facilita la planificación inclusiva son los generadores de materiales interactivos como Genially o Canva. Con ellos se pueden diseñar presentaciones con imágenes, textos en tipografía clara y videos que favorezcan distintas formas de acercarse a los contenidos, permitiendo a los estudiantes acceder de manera más atractiva y variada. Al contar con estos recursos, es posible planificar actividades que no se limiten al formato papel, llegando a quienes necesitan apoyos visuales o quienes se motivan más con propuestas interactivas.
Los formularios de Google o Microsoft Forms son otra herramienta que puede sumar a la planificación inclusiva, ya que permiten conocer las opiniones, intereses o dificultades de los estudiantes de manera rápida y ordenada. Con encuestas simples, se puede conocer qué temas les interesan, cómo se sintieron con una actividad o qué necesitan para aprender mejor. Esta información es valiosa para ajustar propuestas y planificar desde la voz de los estudiantes.
Las plataformas de gestión de aulas virtuales como Google Classroom o Moodle permiten organizar las actividades, los tiempos y los materiales de manera clara, ofreciendo distintas vías de acceso a la información. Se pueden subir videos, documentos de lectura, audios y actividades interactivas que se adapten a los distintos ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes, acompañando cada propuesta con explicaciones que permitan a cada uno avanzar según sus posibilidades.
Los lectores de texto y conversores de voz como Natural Reader o herramientas de accesibilidad de Microsoft pueden ser aliados importantes para planificar con inclusión, ya que permiten a estudiantes con dificultades de lectura acceder a los materiales de forma auditiva. Planificar pensando en la posibilidad de ofrecer estos recursos amplía las oportunidades de participación en las actividades que se proponen en clase.
Las aplicaciones de creación de videos como Loom o Clipchamp permiten a los docentes grabar explicaciones que luego pueden compartirse con los estudiantes, de manera que cada uno pueda verlas las veces que necesite. Este recurso resulta valioso para aquellos estudiantes que necesitan más tiempo para comprender consignas o para repasar antes de realizar una actividad.
También pueden utilizarse herramientas de gamificación como Kahoot o Educaplay para planificar actividades de repaso o evaluación de manera lúdica, permitiendo que todos puedan participar sin la presión de la corrección inmediata y con la posibilidad de intentarlo las veces que necesiten, favoreciendo el aprendizaje sin miedo al error.
La planificación inclusiva también se facilita utilizando herramientas de organización personal y de trabajo en equipo como Trello o Notion, que permiten llevar un registro de las propuestas, anotar ideas y planificar actividades en colaboración con otros docentes. Estas plataformas facilitan ordenar tareas, tiempos y materiales, permitiendo sostener propuestas inclusivas de manera constante.
Lo importante al utilizar herramientas digitales para planificar con inclusión es mantener la claridad del objetivo: que cada estudiante encuentre en las propuestas un espacio donde pueda aprender, participar y sentirse parte. No se trata de utilizar todas las herramientas al mismo tiempo, sino de seleccionar aquellas que realmente permitan enriquecer las clases y facilitar el trabajo docente.
Las herramientas digitales, usadas con criterio, ayudan a organizar mejor las ideas, a diversificar los materiales y a acercar los contenidos de distintas maneras a cada estudiante. Permiten también a las familias acompañar los procesos de aprendizaje, accediendo a materiales que pueden utilizar en casa, fortaleciendo el vínculo entre escuela y hogar.
La planificación inclusiva con herramientas digitales no reemplaza la mirada pedagógica, sino que la potencia. Cada recurso tecnológico necesita ser pensado con sentido, conociendo a los estudiantes, sus intereses, sus formas de aprender y sus necesidades. De esta manera, se pueden diseñar clases que abran puertas y generen espacios de participación real.
El uso de herramientas digitales para la planificación inclusiva invita a repensar la forma de organizar la enseñanza, permitiendo a cada docente crear propuestas creativas, variadas y cercanas a la realidad de sus estudiantes. Es un camino posible para construir aulas en las que cada uno se sienta visto, valorado y acompañado en su recorrido escolar.