Por: Maximiliano Catalisano

La tecnología ha transformado la forma en que aprendemos y nos relacionamos con el mundo, y la educación física no es la excepción. En las clases, el uso de herramientas digitales puede hacer que los estudiantes se sientan más motivados y comprometidos con su progreso. Desde aplicaciones que registran el desempeño hasta dispositivos que permiten evaluar el movimiento en tiempo real, la combinación de tecnología y actividad física abre nuevas posibilidades para mejorar la enseñanza y el aprendizaje.

El monitoreo del rendimiento es una de las aplicaciones más interesantes de las TIC en educación física. Existen relojes inteligentes y aplicaciones móviles que permiten medir la frecuencia cardíaca, la distancia recorrida y el tiempo dedicado a una actividad. Esto no solo ayuda a los estudiantes a conocer su evolución, sino que también permite al docente adaptar las actividades según las necesidades de cada grupo.

El uso de vídeos y simulaciones es otra herramienta valiosa. Grabar una secuencia de movimientos y analizarla en conjunto permite a los alumnos identificar errores y mejorar su técnica. Además, los tutoriales en línea facilitan el aprendizaje de nuevas habilidades, permitiendo que los estudiantes repasen contenidos fuera del aula y refuercen lo trabajado en clase.

Los juegos interactivos y la realidad aumentada han cambiado la forma en que se vive la actividad física. Plataformas con desafíos virtuales, aplicaciones que proponen ejercicios a través de misiones o dispositivos que convierten el movimiento en una experiencia inmersiva logran que los alumnos se involucren de manera activa. Estas herramientas son especialmente útiles para captar el interés de aquellos estudiantes que tienen menos afinidad con la educación física tradicional.

El aprendizaje basado en datos también es una ventaja de la tecnología aplicada al deporte. Al contar con información detallada sobre el desempeño de cada alumno, es posible ofrecer recomendaciones personalizadas y establecer objetivos concretos. Esto permite que cada estudiante avance a su propio ritmo y se motive al ver su progreso de forma visual y tangible.Incorporar la tecnología en la educación física no significa reemplazar el movimiento por pantallas, sino aprovechar las herramientas disponibles para hacer que la experiencia sea más dinámica y accesible. Cuando se combina la actividad física y la innovación, el aprendizaje se vuelve más atractivo y los estudiantes pueden descubrir nuevas maneras de mejorar su rendimiento mientras disfrutan del proceso.