Por: Maximiliano Catalisano

A veces, pareciera que hacer un buen resumen es una tarea menor. Sin embargo, detrás de ese ejercicio hay una poderosa herramienta que mejora la comprensión, favorece el estudio y organiza el pensamiento. Saber resumir es una competencia fundamental tanto en la vida escolar como en la universitaria, e incluso en el mundo profesional. Cuando alguien aprende a captar lo esencial, a escribirlo con sus palabras y a darle una estructura clara, está mucho más cerca de transformar la información en conocimiento. Pero, ¿cómo lograrlo sin caer en la copia literal, la confusión o la pérdida de sentido? En este artículo vas a encontrar claves concretas para lograrlo y, además, una plantilla gratuita que podés usar o adaptar para tu aula, tu estudio personal o tu planificación docente.

Hacer un buen resumen no significa simplemente recortar un texto, sino leer con propósito. Esa lectura tiene que ser activa, subrayando ideas centrales, conectando conceptos, anotando dudas. Es el primer paso para distinguir entre lo accesorio y lo esencial. Por eso, antes de escribir una sola línea, hay que leer con lápiz en mano, identificar los temas clave y pensar: ¿qué aporta este párrafo al tema principal? No todo lo que dice el autor necesita estar en nuestro resumen. Sólo aquello que ayuda a entender el mensaje principal merece quedar registrado.

El segundo paso es transformar esa información en palabras propias. Copiar frases del texto original sin comprenderlas no solo no ayuda, sino que puede confundir más. El resumen perfecto es aquel que mantiene las ideas centrales del texto, pero las expresa de forma clara, breve y en lenguaje propio. Para eso, conviene pensar en cómo explicaríamos ese contenido a otra persona. Si lo podemos contar con naturalidad, sin mirar el texto, es porque lo entendimos. Y si lo entendimos, estamos listos para resumir.

No todos los textos se resumen igual. Un artículo de divulgación, una noticia, una novela o un capítulo de manual tienen estructuras distintas. Por eso es importante ajustar la forma del resumen a la naturaleza del texto. Si se trata de un texto argumentativo, el resumen debe conservar la tesis y los argumentos principales. Si es narrativo, hay que centrarse en el conflicto, los personajes, el desarrollo y el desenlace. Y si es expositivo, conviene identificar los ejes temáticos y jerarquizar la información según su relevancia.

Una buena técnica para estructurar el resumen es usar conectores. Palabras como “primero”, “además”, “sin embargo”, “por eso”, “por último” ayudan a dar coherencia y orden al contenido. Estos conectores no solo organizan el resumen, sino que revelan que comprendimos la lógica interna del texto. Además, permiten que otra persona que lea nuestro resumen pueda seguir la información con fluidez y sin necesidad de conocer el texto original.

En el ámbito escolar, enseñar a resumir es una estrategia que puede trabajarse desde los primeros niveles. No hace falta esperar a que los alumnos lleguen al secundario para invitarlos a buscar las ideas más importantes de una lectura o explicar con sus palabras lo que entendieron. Con consignas claras, ejemplos y práctica frecuente, los estudiantes pueden adquirir este hábito desde muy temprano. Y para los docentes, contar con una plantilla guía puede ser una herramienta útil para acompañar el proceso.

La plantilla que compartimos al final de esta nota está pensada para que tanto docentes como estudiantes puedan usarla de manera flexible. Sirve como modelo inicial, pero puede adaptarse a distintos niveles, áreas y tipos de textos. Su objetivo no es encorsetar el trabajo, sino brindar un marco que oriente el proceso de síntesis. A veces, lo que impide hacer un buen resumen no es la falta de comprensión, sino no saber por dónde empezar.

Otro punto importante es evitar los resúmenes interminables. Un resumen demasiado largo pierde su propósito. Para que sea útil, debe ser breve pero completo, claro pero no superficial. Lograr ese equilibrio requiere práctica, pero también criterios claros. ¿Qué es lo indispensable? ¿Qué puedo eliminar sin alterar el sentido? ¿Qué ejemplos necesito conservar para ilustrar la idea? Estas preguntas pueden funcionar como guía en la etapa final.

Por último, vale destacar que un buen resumen es también una herramienta de repaso. Leer un texto una vez y luego trabajar sobre su resumen permite reforzar la memoria, consolidar lo aprendido y ahorrar tiempo de estudio. En un mundo con exceso de información, saber seleccionar y sintetizar no solo es una habilidad útil: es una forma de cuidarse frente al exceso y el agotamiento. En ese sentido, hacer resúmenes también es una forma de organizar el pensamiento, priorizar lo importante y avanzar con claridad.

Plantilla gratuita para resumir cualquier texto

La siguiente plantilla está pensada para guiar el proceso paso a paso. Se puede imprimir, compartir digitalmente o usar como base en entornos virtuales.

Plantilla para realizar un resumen perfecto

1. Título del texto: ______________________________________

2. Tipo de texto (informativo, narrativo, argumentativo, etc.): ___________

3. Tema principal: _______________________________________

4. Ideas centrales (máximo 3-4):
• _______________________________________
• _______________________________________
• _______________________________________
• _______________________________________

5. Conclusión o cierre del texto (si aplica): _____________________________

6. Resumen con tus palabras (entre 5 y 10 líneas):

Esta plantilla puede adaptarse para trabajos grupales, tareas domiciliarias o como instrumento de evaluación. Lo importante es que sirva como punto de partida para que cada estudiante construya su propia síntesis y se apropie del contenido.