Por: Maximiliano Catalisano

Tomar apuntes no es solo escribir lo que dice el docente. Es seleccionar lo importante, organizar las ideas y transformar la información en conocimiento propio. Cuando los apuntes están bien hechos, estudiar se vuelve más fácil y rápido. Pero cuando están incompletos, confusos o desordenados, estudiar se transforma en una tarea pesada y poco clara. Por eso, aprender a tomar buenos apuntes es una herramienta poderosa para cualquier estudiante. Esta nota te ofrece consejos claros, ejemplos concretos y plantillas en PDF para que puedas mejorar desde hoy la forma en que registrás lo que aprendés.

El primer paso para tomar apuntes efectivos es entender que no hay una única forma válida. Cada persona tiene su estilo, su ritmo y su manera de pensar. Lo importante es que los apuntes te sirvan a vos. Eso sí: hay algunas estrategias generales que ayudan a que sean más útiles. Por ejemplo, usar títulos y subtítulos, dejar espacios en blanco para completar luego, destacar palabras clave y evitar copiar todo lo que se dice sin procesarlo.

Uno de los métodos más usados es el sistema Cornell. Se divide la hoja en tres partes: una columna a la izquierda para palabras clave o preguntas, una columna más grande a la derecha para el desarrollo de las ideas, y un espacio inferior para resumir lo esencial. Este formato obliga a organizar la información, relacionarla y reflexionar sobre ella. Además, facilita el repaso porque el resumen al pie condensa el contenido.

Otra técnica útil es el mapa conceptual. En vez de escribir de forma lineal, se coloca el tema central en el centro de la hoja y se ramifican las ideas relacionadas con flechas o líneas. Este formato visual es ideal para materias que trabajan con relaciones, procesos o clasificaciones, como biología o historia. Ayuda a ver de un vistazo cómo se conectan los conceptos.

También están los apuntes tipo esquema, donde se usa la sangría y la numeración para organizar jerárquicamente las ideas. Se empieza con un concepto principal, se agregan ideas secundarias debajo con guiones o números, y se siguen desglosando en niveles. Esta técnica es muy útil para organizar temarios extensos y facilita encontrar rápidamente una información específica.

El uso del color es un recurso valioso si se aplica con criterio. Se pueden usar resaltadores para marcar definiciones, fechas o fórmulas. También se pueden asignar colores a temas o materias, o utilizar símbolos como asteriscos, flechas o signos de exclamación para destacar lo importante. Pero es clave no abusar del color para que no se vuelva decorativo y pierda su función.

Cuando se toman apuntes digitales, las herramientas también pueden ayudar. Aplicaciones como Notion, Google Docs, OneNote o Evernote permiten usar plantillas prediseñadas, insertar imágenes o grabaciones, vincular contenidos y ordenar por carpetas. Lo importante es que la herramienta no complique más de lo que ayuda. En muchos casos, combinar lo digital con lo manuscrito da buenos resultados.

Para que los apuntes sean realmente útiles, conviene repasarlos pronto después de la clase. En ese momento, se puede completar lo que quedó poco claro, agregar ejemplos o conectarlos con otros temas. También es buen momento para pasarlos en limpio si se tomaron de forma rápida o desordenada. Esa segunda revisión ayuda a fijar lo aprendido y mejora la comprensión.

Otro recurso valioso es intercambiar apuntes con compañeros. No para copiar, sino para comparar enfoques, descubrir si se te escapó algo o complementar tu información. También se pueden usar los apuntes para crear tarjetas de repaso, mapas mentales, resúmenes o cuestionarios que sirvan para estudiar antes de los exámenes.

Además de aprender técnicas, es fundamental tener plantillas que faciliten el proceso. Por eso, en esta nota vas a encontrar un conjunto de plantillas en PDF descargables: una para el método Cornell, una para esquemas, una para mapas conceptuales y otra con cuadrículas para apuntes visuales. Están diseñadas para imprimir o usar digitalmente, y sirven para adaptarse a distintas materias y estilos de aprendizaje.

Tomar buenos apuntes no solo mejora el rendimiento escolar: también mejora la atención, el pensamiento crítico y la capacidad de organizar ideas. No es necesario ser prolijo desde el primer día. Lo que hace la diferencia es la práctica constante y la búsqueda de un estilo personal que te haga sentir cómodo y seguro. Con estas herramientas y plantillas, vas a poder empezar hoy mismo.