Por: Maximiliano Catalisano
Hay reuniones que se recuerdan por la calidez del encuentro, otras por el tono de la conversación y muchas por lo claro que se comunicó la información. Cuando una familia asiste a una reunión escolar espera sentirse parte, comprender qué se está haciendo con sus hijos y cómo puede colaborar. Para que eso ocurra, el mensaje debe ser claro, cercano y también visual. Las presentaciones en formato digital no solo ordenan lo que se dice, también suman impacto, favorecen la comprensión y permiten que todos se lleven una misma idea.
Usar un soporte visual ayuda a marcar el ritmo de la reunión. Una buena diapositiva acompaña lo que se está diciendo, guía la atención del público y refuerza lo importante. No hace falta escribir todo en pantalla, sino sintetizar. Frases breves, cuadros simples, imágenes significativas o datos destacados pueden marcar la diferencia entre una exposición confusa y una charla clara. Además, tener un soporte visual evita que los oradores se desvíen del tema o que se extiendan más de lo necesario.
El diseño importa, y mucho. El uso de colores suaves, una tipografía legible y una estética coherente con la escuela suma profesionalismo y transmite cuidado. No se trata de impresionar, sino de que se entienda bien. Cuando una diapositiva está bien organizada, con poco texto y elementos que acompañan la voz del orador, el público lo agradece. Una familia que entiende se compromete más y se siente incluida.
Otro aspecto clave es qué se decide mostrar. No todo debe pasar por la pantalla. El soporte visual tiene que aportar claridad, no distracción. Incluir ejemplos de actividades, fragmentos del proyecto institucional o una foto del aula puede ser más potente que largas explicaciones. También permite anticipar los momentos de participación: si se prevé una instancia para el intercambio, una diapositiva que lo anuncie ayuda a organizar la dinámica.
Al finalizar la reunión, esa presentación puede compartirse como documento para repasar lo hablado. Las familias que no asistieron podrán conocer lo tratado y quienes estuvieron podrán revisar los acuerdos. En ese sentido, el soporte visual no solo acompaña el encuentro, también deja huella.
Diseñar bien una presentación para una reunión con familias no requiere conocimientos técnicos avanzados. Herramientas como Canva o Google Slides ofrecen plantillas accesibles y de uso intuitivo. Lo importante es tener claro qué se quiere decir, cómo se quiere decir y qué impacto se busca lograr. Cuando se planifica con intención, el resultado se nota, y mucho.
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