Por: Maximiliano Catalisano
La prevención de las adicciones en la infancia no empieza cuando un problema ya está presente, sino mucho antes, en el hogar y la escuela. Los niños aprenden constantemente de su entorno y, en muchos casos, el primer contacto con sustancias o conductas adictivas se da por imitación o curiosidad. Entender cómo reforzar hábitos saludables y generar espacios de diálogo es clave para reducir riesgos a futuro.
Uno de los pilares de la prevención es la comunicación. Hablar con los niños sobre las adicciones desde una edad temprana, de manera honesta y sin dramatismos, les permite comprender los riesgos sin despertar un interés basado en la prohibición. No se trata solo de decir “no hagas esto”, sino de explicar las razones y consecuencias que pueden tener ciertas decisiones.
El refuerzo de la autoestima también juega un papel fundamental. Los niños que se sienten seguros de sí mismos y valorados son menos propensos a buscar aceptación en grupos o conductas que puedan derivar en adicciones. Para ello, es importante que tengan espacios donde se sientan escuchados y comprendidos, sin miedo al juicio o al castigo.
Otro aspecto clave es fomentar actividades que promuevan el bienestar físico y mental. Deportes, arte, lectura o cualquier otra actividad que les apasione puede convertirse en un refugio frente a la presión social o el estrés. Los niños que tienen acceso a espacios de recreación saludables desarrollan mayores herramientas para afrontar desafíos sin recurrir a conductas de riesgo.
La prevención también involucra el ejemplo de los adultos. Un niño que crece en un entorno donde se normaliza el abuso de sustancias, incluso legales como el alcohol o el tabaco, tendrá más probabilidades de replicar esos hábitos en el futuro. Mostrar con acciones lo que se espera de ellos es mucho más efectivo que imponer normas sin coherencia con la vida cotidiana.
Enfrentar este tema de manera abierta y constante permite que los niños adquieran herramientas para tomar decisiones informadas a lo largo de su vida. La prevención no se trata solo de evitar una conducta en el presente, sino de construir una base sólida para el futuro.