Por: Maximiliano Catalisano
Muchos niños llegan al segundo ciclo de la escuela primaria con dificultades para organizarse y aprender por su cuenta. Estudiar no es solo leer y repetir información, sino comprender, procesar y aplicar lo aprendido. Enseñarles estrategias adecuadas desde una edad temprana les permite adquirir herramientas que les serán útiles durante toda su trayectoria educativa.
Uno de los primeros pasos es ayudarles a planificar su tiempo. Establecer horarios de estudio regulares y dividir las tareas en bloques cortos les permite concentrarse mejor y evitar la acumulación de trabajo. Es recomendable utilizar agendas, calendarios o planificadores visuales que les ayuden a visualizar sus responsabilidades.
Otra estrategia importante es fomentar la lectura comprensiva. No se trata solo de leer un texto, sino de comprender su significado. Para ello, se pueden aplicar técnicas como el subrayado de ideas principales, la elaboración de resúmenes o esquemas y el uso de preguntas para reflexionar sobre lo leído.
El ambiente de estudio también influye en el rendimiento. Es fundamental contar con un espacio tranquilo, bien iluminado y sin distracciones. Además, es recomendable evitar el uso de dispositivos electrónicos que no sean necesarios para la tarea.
La motivación juega un papel clave en el aprendizaje. Para mantener el interés de los niños, es importante hacer que el estudio sea dinámico y variado. Se pueden incorporar juegos educativos, actividades interactivas y desafíos que les permitan aplicar lo aprendido de manera práctica.
Por último, el acompañamiento de docentes y familias es fundamental. No se trata de hacer la tarea por ellos, sino de guiarlos, resolver sus dudas y reforzar la importancia de la constancia. Celebrar sus logros, por pequeños que sean, les ayuda a desarrollar confianza en sus habilidades y a enfrentar nuevos desafíos con una actitud positiva.