Por: Maximiliano Catalisano

Volver a la escuela después de las vacaciones es un momento especial, lleno de expectativas, nervios y reencuentros. Para muchos chicos, el regreso es motivo de alegría por ver a sus amigos, mientras que para otros puede ser un desafío dejar atrás la flexibilidad de las vacaciones. Preparar una jornada de bienvenida tras las vacaciones con cuidado y calidez puede marcar la diferencia, generando un clima de confianza y entusiasmo que favorezca el inicio de un nuevo período lleno de aprendizajes.

La jornada de bienvenida no es un día más. Es la oportunidad de recibir a cada chico con una sonrisa, con un ambiente que invite a quedarse, a sentirse seguro y a reencontrarse con la rutina de manera gradual. Para organizar esta jornada es importante planificar actividades que permitan a los estudiantes compartir cómo vivieron sus vacaciones, qué cosas nuevas descubrieron y qué esperan del nuevo ciclo. Estos espacios de palabra fortalecen los vínculos, permiten conocer sus emociones y crean un clima de respeto mutuo.

Las actividades lúdicas son grandes aliadas en esta jornada de bienvenida. Proponer juegos de integración, actividades artísticas, dinámicas grupales que fomenten la participación y la alegría permite que los chicos vuelvan a conectar con el espacio escolar de forma amena. No se trata de llenar el día de actividades, sino de elegir propuestas simples que generen disfrute, que ayuden a recuperar hábitos como el respeto por los turnos de palabra y que promuevan la escucha activa.

La ambientación del aula o del patio también puede sumarse a este momento de bienvenida. Preparar carteles de colores, mensajes de bienvenida o un mural colectivo donde cada chico deje su huella o una frase sobre sus vacaciones ayuda a construir un ambiente cálido que invite a la participación. Estos detalles muestran que el espacio escolar se prepara para recibirlos, transmitiendo un mensaje de cuidado y de comunidad.

La jornada de bienvenida también puede ser un momento para repasar normas de convivencia de forma participativa, recordando acuerdos previos y generando un espacio para proponer nuevos. Hacerlo de manera lúdica, con tarjetas, afiches o dramatizaciones, facilita que los chicos recuerden estas pautas y se sientan parte de la construcción de la vida escolar.

Es importante incluir momentos de conversación tranquila en la jornada de bienvenida, donde cada chico pueda compartir cómo se siente con la vuelta a la escuela. Estas conversaciones ayudan a identificar miedos, ansiedades o inquietudes que pueden estar presentes y permiten al docente acompañar de forma cercana este proceso de transición de las vacaciones a la rutina.

La jornada de bienvenida también puede contemplar una actividad de planificación grupal sencilla, donde los chicos compartan qué actividades les gustaría realizar durante el trimestre o qué proyectos les interesaría iniciar. Este momento fortalece el sentido de pertenencia, mostrando que sus voces son escuchadas y valoradas.

Preparar esta jornada requiere del docente una mirada atenta y flexible, comprendiendo que no todos los chicos regresan con el mismo ánimo o con las mismas posibilidades de adaptación. Por eso, mantener una actitud de escucha, de acompañamiento y de calma es fundamental para que esta jornada sea verdaderamente un espacio de encuentro.

Es importante recordar que la jornada de bienvenida tras las vacaciones no es un momento de evaluación académica, sino de evaluación emocional y social. Observar cómo se vinculan los chicos, cómo se sienten en el espacio escolar y qué necesitan en este regreso permite ajustar las propuestas de los días siguientes para acompañar con calidez y respeto sus procesos de adaptación.

Los recreos también forman parte de esta jornada de bienvenida. Permitir que los chicos jueguen libremente, se reencuentren con sus pares y exploren nuevamente los espacios de la escuela facilita la vuelta a la rutina de forma progresiva y sin presiones.

La participación de las familias en esta jornada puede ser un plus valioso. Informar con anticipación sobre la importancia de este primer día, invitarlas a compartir un mensaje para sus hijos o a enviar un objeto que les recuerde las vacaciones puede sumar al clima de bienvenida y a la conexión entre casa y escuela.

Una jornada de bienvenida tras las vacaciones es una inversión en el clima escolar. Es el momento de reactivar vínculos, de construir comunidad y de transmitir a cada chico que la escuela es un lugar al que vale la pena regresar, donde se lo espera con los brazos abiertos y con propuestas que invitan a crecer.