Por: Maximiliano Catalisano

La comunicación dentro de la escuela es un factor clave para el buen desarrollo del trabajo cotidiano. En el equipo docente, una comunicación clara y efectiva permite coordinar acciones, evitar malentendidos y fortalecer la toma de decisiones colectivas. Al mismo tiempo, el diálogo con las familias es esencial para construir un acompañamiento sólido en la trayectoria educativa de los estudiantes. Sin embargo, lograr prácticas comunicativas que realmente favorezcan estos vínculos requiere intencionalidad, herramientas adecuadas y un compromiso sólido.

Uno de los primeros pasos para mejorar la comunicación en el equipo docente es generar espacios de encuentro que vayan más allá de lo meramente administrativo. Las reuniones deben pensarse como instancias donde se puedan intercambiar ideas, reflexionar sobre las prácticas y construir acuerdos. Para ello, es fundamental definir objetivos claros en cada encuentro y propiciar un clima de diálogo donde todas las voces sean escuchadas.

El uso de herramientas digitales también puede potenciar la comunicación interna. Grupos de mensajería, plataformas colaborativas y agendas compartidas facilitan el acceso a la información y permiten mantener un flujo constante de interacción. No obstante, es importante establecer criterios de uso para evitar la sobrecarga de mensajes y garantizar que estos canales cumplan su función organizativa.

En cuanto al vínculo con las familias, la comunicación no debe limitarse a situaciones problemáticas o a la convocatoria a reuniones. Es fundamental construir una relación basada en la confianza y el intercambio continuo. Para ello, es útil diversificar los medios de contacto, combinando encuentros presenciales con boletines informativos, grupos de WhatsApp gestionados con criterios claros y espacios de diálogo donde las familias puedan participar activamente en la vida escolar.

Otro aspecto a considerar es el lenguaje utilizado en los intercambios. Los mensajes confusos o con un tono excesivamente técnico pueden generar distancia. La clave está en emplear un lenguaje accesible, cercano y respetuoso, que facilita la comprensión y refuerza el sentido de comunidad.

Trabajar en el diseño de prácticas comunicativas dentro de la escuela no solo mejora la organización del trabajo docente, sino que también fortalece el sentido de pertenencia y el compromiso de todas las partes involucradas. Una comunicación bien gestionada contribuye a la construcción de un entorno más colaborativo, donde el intercambio de ideas y el trabajo conjunto sean parte de la cultura institucional.