Por: Maximiliano Catalisano

Las aulas de la escuela secundaria reflejan los cambios constantes de la sociedad. Los adolescentes y jóvenes que transitan esta etapa tienen inquietudes, intereses y desafíos propios de su tiempo. Comprender sus modos de ser, sus formas de vincularse y sus expectativas es clave para construir espacios educativos que realmente los interpelen y acompañen en su desarrollo.

Las adolescencias actuales están marcadas por una fuerte presencia de la tecnología, el acceso a la información y nuevas formas de comunicación. Las redes sociales y las plataformas digitales no solo influyen en su vida cotidiana, sino también en su manera de aprender. Integrar estas herramientas en el aula permite acercar los contenidos a sus intereses y generar experiencias de aprendizaje más significativas.

Los jóvenes buscan espacios donde puedan expresarse y sentirse escuchados. La escuela secundaria debe ser un ámbito donde sus voces sean valoradas y donde se promueva la participación. Esto no solo fortalece su sentido de pertenencia, sino que también fomenta el compromiso con su propio aprendizaje y con la comunidad educativa.

Los desafíos en esta etapa son diversos. Desde la presión académica hasta la construcción de la identidad, los adolescentes atraviesan momentos de cambios y emociones intensas. El acompañamiento de docentes y equipos escolares es fundamental para que puedan transitar esta etapa con herramientas que les permitan afrontar dificultades y aprovechar oportunidades.

Generar un clima de confianza en la escuela es un factor clave para el bienestar de los estudiantes. Las relaciones interpersonales, tanto entre pares como con los adultos, influyen en su motivación y en su permanencia en la institución. Promover espacios de diálogo, escucha activa y contención emocional es una tarea compartida que enriquece la experiencia escolar.

La escuela secundaria tiene el desafío de adaptarse a las nuevas formas de vivir la adolescencia y juventud. Crear propuestas que respondan a sus necesidades, fomentar su participación y brindar acompañamiento en su crecimiento es un camino necesario para fortalecer su formación y su futuro.