Por: Maximiliano Catalisano
Cada vez que abrimos una plataforma educativa, descargamos un archivo o compartimos un video, utilizamos recursos que dejan una huella en el ambiente, aunque no siempre la veamos. La digitalización llegó para quedarse en la educación, pero también invita a preguntarnos cómo se pueden utilizar las herramientas digitales de manera responsable con el planeta. La digitalización sostenible propone que el uso de la tecnología en las aulas no implique un consumo desmedido de energía ni un aumento innecesario de emisiones, sino que se convierta en una oportunidad de reducir el uso de papel y otros materiales mientras se cuida el entorno. Comprender cómo implementar plataformas e-learning de bajo impacto ambiental es un paso importante para docentes, escuelas y familias que desean acompañar el aprendizaje con conciencia ambiental.
Las plataformas e-learning permiten reducir el uso de papel al facilitar la entrega de tareas, exámenes y materiales de lectura en formato digital. Herramientas como Google Classroom se han convertido en aliadas para miles de docentes y estudiantes al permitir subir y corregir trabajos de manera virtual, evitando la impresión de múltiples copias y reduciendo el consumo de recursos. Al mismo tiempo, estas plataformas ayudan a centralizar la información y a organizar el seguimiento de cada estudiante de forma ordenada, sin necesidad de carpetas físicas.
Canva para Educación es otra herramienta que contribuye a la digitalización sostenible. Permite crear presentaciones, infografías y materiales visuales atractivos que pueden compartirse en formato digital con los estudiantes, reduciendo la necesidad de imprimir afiches o materiales de apoyo. Además, al trabajar en línea, docentes y estudiantes pueden colaborar en tiempo real, aportando ideas y construyendo proyectos de manera participativa sin necesidad de consumir grandes cantidades de papel.
Sin embargo, la digitalización sostenible no se limita al uso de plataformas. El almacenamiento de archivos, el uso de correos electrónicos y las clases virtuales requieren servidores que consumen energía. Por eso, es importante conocer que existen servidores web que funcionan con energía renovable, también conocidos como “servidores verdes”. Estos servidores utilizan fuentes de energía solar, eólica o hidráulica para su funcionamiento, disminuyendo la huella de carbono que se genera al mantener operativas las plataformas educativas y los sitios web escolares.
Elegir servidores web “verdes” para alojar plataformas de aprendizaje, sitios institucionales y recursos digitales es una acción concreta que las escuelas pueden tomar para avanzar hacia la sostenibilidad. Algunas empresas de hosting ofrecen servicios alimentados con energía renovable y sistemas de refrigeración de bajo consumo energético. Además, algunos servidores realizan compensaciones de carbono, invirtiendo en proyectos de reforestación o energías limpias para equilibrar las emisiones generadas por su funcionamiento.
La digitalización sostenible también invita a las escuelas a repensar el uso de dispositivos electrónicos. Promover el cuidado de los equipos, prolongar su vida útil y fomentar su reparación en lugar de su descarte son prácticas que ayudan a reducir la basura electrónica, uno de los residuos más contaminantes del mundo. Organizar campañas de recolección de dispositivos en desuso para su reciclado responsable o su reparación para donación puede ser una actividad escolar que combine conciencia ambiental con solidaridad.
Otro aspecto importante es educar a los estudiantes sobre la gestión responsable de archivos y recursos digitales. El almacenamiento de archivos innecesarios en la nube o en correos electrónicos también consume energía en los centros de datos, por lo que enseñar a ordenar, depurar y utilizar de forma consciente los espacios digitales es una forma de cuidar el ambiente desde la virtualidad.
Las escuelas pueden promover buenas prácticas digitales como el uso de plataformas de mensajería interna en lugar de impresiones para comunicados, el trabajo colaborativo en documentos en línea, el uso de firmas digitales en lugar de impresiones para autorizaciones y la realización de reuniones virtuales para reducir traslados. Estas acciones, sumadas, contribuyen a un uso responsable de la tecnología con menor impacto ambiental.
La digitalización sostenible en educación es, además, una oportunidad para desarrollar proyectos que vinculen el uso de herramientas digitales con la educación ambiental. Por ejemplo, los estudiantes pueden investigar sobre el consumo energético de los dispositivos electrónicos, medir la cantidad de papel que se ahorra con el uso de plataformas digitales o analizar el impacto de la basura electrónica en el ambiente. Estas investigaciones pueden transformarse en presentaciones digitales que, a su vez, refuercen el uso responsable de las herramientas virtuales.
En un mundo donde la conectividad es cada vez más necesaria para la educación, aprender a utilizarla de forma consciente es una forma de cuidado. Las escuelas, al elegir plataformas e-learning de bajo impacto ambiental, servidores alimentados con energías renovables y prácticas de consumo responsable de dispositivos, pueden enseñar con el ejemplo y ser espacios que cuidan mientras educan.
Avanzar hacia una digitalización sostenible no implica dejar de utilizar la tecnología, sino aprender a hacerlo con responsabilidad, buscando siempre reducir el impacto ambiental de nuestras acciones. De esta manera, cada clase virtual, cada tarea entregada en línea y cada recurso compartido se convierten en un paso más hacia una educación que se compromete con el presente y el futuro del planeta.