Por: Maximiliano Catalisano
Llega el segundo semestre y con él nuevas planificaciones, proyectos y desafíos en las escuelas. Después de un semestre lleno de reuniones, clases, proyectos, demandas administrativas y acompañamiento constante a estudiantes y familias, muchos docentes y directivos llegan a este punto del año con cansancio acumulado y con la sensación de que necesitan una pausa para poder continuar con claridad. Recuperar energías no es un lujo, es una necesidad que impacta en la forma de acompañar a los estudiantes, en la organización de la escuela y en el propio bienestar. Es posible pensar en estrategias reales y cotidianas para recargar energías y transitar la segunda mitad del año escolar con más calma, presencia y entusiasmo.
Reconocer la necesidad de descanso
El primer paso para recargar energías es aceptar que el cansancio existe. Muchas veces, docentes y directivos sienten que deben estar disponibles todo el tiempo y que frenar es sinónimo de debilidad. Reconocer que se necesita descansar, bajar el ritmo y recuperar horas de sueño es un paso importante para poder sostener la tarea en el tiempo. Este reconocimiento también permite priorizar tareas, organizar agendas de forma realista y tomar decisiones que ayuden a cuidar la salud física y emocional.
Aprovechar las pausas y momentos libres
Las pausas no siempre llegan solas, muchas veces hay que generarlas. Usar las vacaciones de invierno o los fines de semana para realizar actividades que generen descanso real es importante. Puede ser leer un libro, salir a caminar, dormir una siesta o compartir tiempo con amigos y familia sin hablar de la escuela. Estas pequeñas pausas permiten al cuerpo y a la mente reponerse y tomar distancia de las demandas cotidianas, favoreciendo una mirada renovada para la segunda parte del año.
Reforzar hábitos de autocuidado
El segundo semestre puede transitarse mejor si se sostienen pequeños hábitos de autocuidado: descansar lo necesario, mantener una alimentación ordenada, realizar alguna actividad física, establecer horarios que permitan desconexión de las demandas laborales y buscar momentos de disfrute personal. Estos hábitos no requieren grandes cambios, sino decisiones diarias que permiten cuidar el bienestar de manera constante.
Generar espacios de apoyo entre colegas
La tarea docente y de gestión escolar puede sentirse solitaria, por eso generar espacios de conversación con colegas, donde se puedan compartir experiencias, inquietudes y logros, permite aliviar tensiones y encontrar nuevas perspectivas para resolver situaciones. Estos espacios pueden darse en charlas informales, en un café compartido o en reuniones breves donde se hable con honestidad sobre las sensaciones que atraviesan al equipo.
Poner en valor lo realizado
A mitad de año, es importante mirar hacia atrás y reconocer lo que se ha logrado. Muchas veces, el cansancio se acentúa cuando se enfocan solo los pendientes y las dificultades. Hacer un balance de los proyectos concretados, los aprendizajes logrados y las situaciones resueltas ayuda a recuperar la motivación. Reconocer los pequeños y grandes logros fortalece la confianza para encarar los meses que quedan por delante.
Organizar prioridades y tiempos
El inicio del segundo semestre es un buen momento para reorganizar prioridades. No todas las tareas tienen el mismo nivel de urgencia ni requieren la misma cantidad de energía. Aprender a decir que no cuando es necesario, delegar tareas cuando es posible y establecer tiempos de trabajo que permitan mantener la salud y la calma, es una forma de cuidarse y de cuidar la tarea.
Cuidar el ambiente de trabajo
El espacio físico también influye en el bienestar. Ordenar el escritorio, ventilar los ambientes, generar espacios con luz y elementos que aporten calma puede mejorar el ánimo. Un espacio ordenado permite trabajar con más claridad, reduce el estrés visual y aporta sensación de renovación para encarar los desafíos que trae el segundo semestre.
Mantener espacios de disfrute personal
El trabajo en la escuela puede absorber mucho tiempo y energía, por eso es importante sostener actividades que generen disfrute personal, como leer, bailar, pintar, hacer jardinería o escuchar música. Estas actividades, aunque sean breves, ayudan a equilibrar las demandas laborales con espacios de bienestar, aportando alegría y distensión.
Acompañar el regreso con calma
El regreso al segundo semestre puede vivirse con calma si se planifica con tiempo, se retoman las actividades de manera gradual y se da espacio a las emociones que pueden surgir. Es normal sentir cansancio, pero también pueden aparecer ganas de reencontrarse con estudiantes, continuar proyectos y ver el progreso de cada grupo. Mantener este equilibrio emocional permite transitar este momento con una mirada positiva y realista.
Una segunda mitad de año con energía y calma
Recargar energías no significa dejar de lado la responsabilidad, sino cuidarse para poder acompañar a otros de la mejor manera posible. El segundo semestre trae nuevas oportunidades, aprendizajes y desafíos, y cada docente y directivo merece vivirlo con energía, calma y entusiasmo. Con pequeñas acciones diarias, pausas conscientes y el cuidado de la propia salud, es posible transitar esta etapa de forma más liviana, fortaleciendo el bienestar personal y el de toda la comunidad educativa.