Por: Maximiliano Catalisano
Las formas de acoso escolar han evolucionado con la tecnología, y una de las prácticas más preocupantes en la actualidad es el doxing. Esta forma de hostigamiento consiste en la divulgación de información personal de una persona sin su consentimiento, exponiéndola al escarnio público, amenazas o incluso a riesgos físicos. En el ámbito escolar, el doxing se ha convertido en una herramienta de intimidación que puede tener graves consecuencias en la vida de los estudiantes.
El doxing puede incluir la publicación de datos como direcciones, números de teléfono, redes sociales, correos electrónicos e incluso información privada obtenida mediante hackeos o engaños. Muchas veces, quienes lo practican lo hacen con la intención de humillar, avergonzar o generar miedo en sus víctimas. Con el aumento de las redes sociales, esta forma de acoso se ha vuelto más frecuente y dañina, ya que la información se difunde de manera rápida y masiva.
Las consecuencias del doxing pueden ser devastadoras. Desde el aislamiento social hasta problemas emocionales como ansiedad, depresión o estrés postraumático, las víctimas de este tipo de acoso escolar pueden ver afectado su bienestar de manera significativa. En algunos casos, la exposición de datos personales puede llevar a amenazas físicas o al contacto no deseado con desconocidos, agravando aún más la situación.
Para combatir el doxing, es fundamental que las escuelas, las familias y los estudiantes tomen conciencia sobre la importancia de la privacidad en internet. Enseñar a los jóvenes a proteger su información personal, establecer configuraciones de seguridad adecuadas en sus redes sociales y denunciar cualquier tipo de acoso digital son pasos clave para frenar esta problemática. Además, es fundamental que las instituciones educativas cuenten con protocolos claros para actuar ante casos de doxing, brindando apoyo a las víctimas y sancionando a quienes lo practican.
El doxing no es solo una tendencia pasajera, sino un problema serio que afecta a miles de estudiantes en todo el mundo. La educación digital y la prevención son las mejores herramientas para erradicar esta forma de acoso y garantizar que Internet sea un espacio seguro para todos.