La tecnología ofrece grandes oportunidades de aprendizaje y entretenimiento para niños y niñas, tanto en el hogar como en el aula. Sin embargo, también presenta ciertos desafíos que los adultos debemos gestionar para asegurar que su uso sea beneficioso para su desarrollo. El equilibrio es fundamental, y los adultos somos el modelo a seguir para un uso responsable y saludable. A continuación, te compartimos algunas claves para acompañar a los más pequeños en su relación con la tecnología.

  • Establecer horarios y límites claros

Una de las primeras medidas para un uso adecuado de la tecnología es establecer horarios específicos para su uso. Es importante que los niños y niñas sepan cuándo es el momento de interactuar con dispositivos y cuándo deben desconectarse. Los horarios ayudan a evitar el exceso de tiempo frente a las pantallas y permiten que los pequeños se dediquen a otras actividades fundamentales para su desarrollo, como el juego físico, la lectura o la interacción social.

Establecer límites claros también ayuda a crear una rutina que les da seguridad y estructura, lo cual es esencial tanto en casa como en el aula.

  • Equilibrar las pantallas con juegos de creatividad e ingenio

Si bien los dispositivos tecnológicos pueden ser herramientas poderosas para el aprendizaje, es esencial que no todo el tiempo frente a la pantalla sea pasivo. Los juegos que fomentan la creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico son ideales. Videojuegos educativos, aplicaciones de diseño y herramientas para crear arte digital son solo algunos ejemplos.

Sin embargo, también es fundamental equilibrar el tiempo frente a la pantalla con actividades fuera de ella, como juegos de mesa, manualidades o proyectos que estimulen la imaginación. Estas experiencias refuerzan el aprendizaje de manera integral y favorecen el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y motoras.

  • Elegir contenido de calidad y apropiado para su edad

La calidad del contenido que consumen los niños y niñas es fundamental para su desarrollo. Asegurate de elegir aplicaciones, juegos y programas educativos que sean apropiados para su edad y que fomenten habilidades importantes, como el pensamiento crítico, la creatividad, la resolución de problemas y la empatía.

En plataformas de streaming, por ejemplo, existen numerosas opciones de programas y películas que, además de ser entretenidos, transmiten valores y conocimientos. Optar por contenido que enriquezca su visión del mundo y los desafíe positivamente es una excelente forma de utilizar la tecnología como herramienta educativa.

  • Explorar juntos para sentirse acompañados

El acompañamiento es clave en el uso de la tecnología. Explorar junto a los niños y niñas qué están haciendo en sus dispositivos les permite sentirse respaldados y comprendidos. Este acompañamiento también es una oportunidad para enseñarles cómo utilizar la tecnología de manera responsable, reconocer contenidos adecuados y aprender sobre la privacidad en línea.

Al compartir momentos de exploración digital, podemos enseñarles a reconocer qué está bien y qué no lo está, a identificar contenidos de calidad y a tomar decisiones informadas sobre lo que consumen.

  • Fomentar pausas activas

El uso excesivo de dispositivos tecnológicos puede tener efectos negativos sobre la salud física y mental de los niños, como problemas de postura, fatiga ocular o ansiedad. Por eso, es esencial fomentar pausas activas durante el día. Incorporar ejercicios simples, como estiramientos o pequeños juegos físicos, no solo ayuda a prevenir problemas de salud, sino que también mejora la concentración y el bienestar general.

Las pausas activas permiten que los niños y niñas se desconecten momentáneamente de las pantallas y se conecten con su cuerpo y su entorno.

El equilibrio es la clave: los adultos somos su modelo

El uso de la tecnología por parte de los adultos también influye en cómo los niños la perciben y la utilizan. Como padres, madres, tutores o educadores, somos el modelo a seguir en cuanto al uso responsable de la tecnología. Si establecemos límites claros, fomentamos un uso equilibrado y mostramos una relación saludable con los dispositivos, los pequeños aprenderán a imitar estos hábitos.

El ejemplo es una herramienta poderosa. Si queremos que los niños utilicen la tecnología de manera constructiva, debemos primero demostrarlo nosotros mismos.

Acompañar a los niños y niñas en el uso de la tecnología implica un enfoque equilibrado que combine oportunidades de aprendizaje con la necesidad de cuidar su salud física y emocional. Establecer horarios, elegir contenido de calidad, fomentar juegos creativos, realizar pausas activas y, sobre todo, brindar acompañamiento son claves esenciales para que la tecnología sea una aliada en su desarrollo. Recordemos siempre que el equilibrio es la clave, y como adultos, tenemos la responsabilidad de ser un modelo positivo y guiarlos en el uso de estas herramientas tan poderosas