Por: Maximiliano Catalisano
El primer currículum es un desafío. Tenés pocas o ninguna experiencia laboral, no sabés bien qué poner y querés causar una buena impresión sin sonar exagerado. Pero no hace falta inventar logros ni llenar espacios con palabras vacías. Un CV bien pensado, claro y sincero puede marcar la diferencia en tu búsqueda laboral. En esta guía vas a encontrar los elementos que no pueden faltar, errores comunes que hay que evitar y una plantilla editable que podés usar ya mismo. Porque todos empezamos sin experiencia, pero eso no significa que no tengamos nada que ofrecer.
Lo primero que tenés que saber es que un currículum no es solo una hoja con datos. Es tu carta de presentación. Tiene que mostrar quién sos, qué sabés hacer, qué aprendiste y por qué te interesa trabajar. Aunque todavía no hayas tenido un empleo formal, seguramente hiciste tareas, proyectos o actividades que podés incluir.
El encabezado debe tener tus datos básicos: nombre completo, correo electrónico profesional (nada de direcciones graciosas o poco serias), teléfono y, si tenés, enlace a tu perfil de LinkedIn o portfolio. No hace falta incluir DNI, dirección exacta ni estado civil.
Después podés incluir un pequeño resumen personal. Un párrafo breve donde cuentes qué tipo de trabajo buscás, cuáles son tus intereses y qué actitud tenés hacia el aprendizaje o el trabajo en equipo. No hace falta usar frases hechas. Lo mejor es que suene genuino y concreto. Ejemplo: “Estudiante de secundaria con orientación en informática. Busco mi primera experiencia laboral en atención al cliente o tareas administrativas. Me interesa aprender, tengo buena disposición y disfruto trabajar con personas.”
Luego viene la sección de educación. Si estás en secundaria o ya terminaste, ponelo con año de inicio y (si aplica) año de finalización. Si hiciste cursos, capacitaciones, talleres o seminarios, también suman, aunque no estén directamente relacionados con el puesto. Mostrar que invertiste tiempo en formarte siempre es positivo.
La experiencia laboral no tiene por qué ser solo empleos formales. Podés incluir actividades como cuidado de niños, ayuda en el negocio familiar, ventas informales, voluntariado o participación en ferias escolares. Lo importante es que describas brevemente qué hacías, qué aprendiste y qué habilidades usaste. Por ejemplo: “Colaboración en almacén familiar. Atención a clientes, manejo de caja y reposición de productos. Año 2022–2023.”
Otra sección muy valiosa es la de habilidades. Separalas en dos grupos: habilidades técnicas (uso de herramientas digitales, manejo de programas, idiomas, redes sociales) y habilidades personales (responsabilidad, puntualidad, comunicación, resolución de problemas). No pongas listas interminables. Elegí las que realmente te representan.
Si estás aplicando a un puesto específico, adaptá tu CV al perfil. Cambiá el orden de los ítems, resaltá lo que sea más relevante y evitá usar siempre el mismo texto para todo. Un CV personalizado demuestra interés y dedicación.
El diseño también importa. No tiene que ser algo súper profesional, pero sí ordenado, legible y limpio. Usá una sola tipografía, colores neutros y márgenes claros. Evitárecargarlo con íconos o imágenes innecesarias. Si podés, guardalo en formato PDF con tu nombre en el archivo: por ejemplo, “cv_maria_garcia.pdf”.
Los errores más comunes en un primer CV son: faltas de ortografía, información desactualizada, exageraciones poco creíbles y desorden visual. Revisá bien antes de enviarlo y, si podés, pedile a alguien más que lo lea. A veces una mirada externa detecta cosas que pasamos por alto.
Una buena idea es tener dos versiones de tu CV: una general y otra adaptada a cada oferta. También podés preparar una carta de presentación breve, que acompañe tu postulación y muestre tu motivación de manera más directa. Aunque no siempre la pidan, suma puntos.
Por último, no te frustres si no te llaman de inmediato. La búsqueda laboral es un proceso que lleva tiempo, pero cada CV enviado te entrena para mejorar. Lo importante es mantener la constancia, seguir aprendiendo y ajustar lo que haga falta.
Plantilla base para un CV sin experiencia (orden sugerido):
• Nombre y apellido
• Correo electrónico / teléfono
• Enlace a LinkedIn (opcional)
• Breve presentación personal
• Educación (secundaria, cursos, talleres)
• Experiencia no formal o voluntariado
• Habilidades técnicas y personales
• Idiomas (si corresponde)