Por: Maximiliano Catalisano
En tiempos donde abundan los datos, la verdadera diferencia la marca quien sabe interpretarlos. Docentes, estudiantes, investigadores y equipos de gestión escolar navegan a diario entre planillas, informes y textos que muchas veces se acumulan sin encontrar un uso claro. La pregunta no es solo qué hacemos con tanta información, sino cómo convertirla en algo valioso. Y es ahí donde entra en juego una herramienta que cambió las reglas: Chat GPT. Más allá del impacto que ha tenido como asistente conversacional, su verdadero potencial emerge cuando se lo utiliza para pensar, analizar y conectar. No se trata solo de escribir textos bonitos, sino de lograr que los datos se transformen en ideas que ayuden a decidir, planificar y crear. En esta nota te mostramos cómo hacerlo posible.
Lo primero es entender que tener datos no significa tener conocimiento. Podemos tener cientos de respuestas en un formulario, estadísticas del rendimiento escolar, registros de asistencia, listas de materiales, informes de reuniones, y aún así no saber qué camino tomar. Chat GPT puede ayudarte a mirar todo eso con otros ojos. Por ejemplo, si copiás una tabla con resultados de encuestas y le pedís al modelo que identifique patrones o que sugiera hipótesis a partir de las respuestas, vas a descubrir información que antes pasaba desapercibida. No se trata de reemplazar tu criterio, sino de tener otra perspectiva que te permita ver más allá de lo evidente.
Otra posibilidad concreta es transformar textos largos en resúmenes útiles. Pensemos en docentes que deben leer varios artículos académicos para planificar una clase. Copiar el contenido en Chat GPT y solicitar un resumen temático puede ahorrar mucho tiempo y aportar claridad. Incluso podés pedirle que te sugiera preguntas para debatir en clase, que convierta un artículo en una infografía, o que lo adapte a un nivel de lectura más accesible para tus alumnos. Esto permite que el contenido deje de ser una carga y se transforme en una oportunidad.
Pero también se puede trabajar desde el otro lado: Tenés ideas sueltas, experiencias acumuladas, y necesitás ordenarlas. Chat GPT puede ayudarte a estructurar esas ideas en un esquema de trabajo, en un guion para un video educativo o en una presentación clara para una reunión. Si le explicás lo que querés transmitir y el público al que va dirigido, la herramienta puede ayudarte a pulir el lenguaje, encontrar ejemplos adecuados o sugerir cómo organizar la información para que tenga más impacto.
Los equipos directivos también pueden aprovechar esta tecnología para analizar documentos institucionales. Imaginemos que querés revisar el proyecto educativo institucional (PEI) y analizar si está alineado con los desafíos actuales. Copiás el texto y le pedís a Chat GPT que identifique fortalezas, posibles mejoras o que lo compare con otro documento. Este tipo de tareas, que suelen postergarse por falta de tiempo, se vuelven mucho más accesibles con el apoyo de una herramienta que entiende lenguaje natural y puede devolver ideas estructuradas en minutos.
En el ámbito de la planificación didáctica, usar Chat GPT no solo permite obtener ideas creativas para actividades, sino que también te ayuda a anticipar dificultades. Si estás diseñando una secuencia didáctica y describís el grupo con el que vas a trabajar, podés pedirle que sugiera ajustes, recursos o adaptaciones. La herramienta puede actuar como un espejo que te devuelve nuevas formas de abordar una situación conocida.
Además, podés utilizar Chat GPT para preparar materiales de evaluación más variados. A partir de los contenidos que estás enseñando, podés pedirle que genere preguntas de opción múltiple, consignas para desarrollar o rúbricas simples para evaluar trabajos. Si bien es necesario revisar lo que el modelo genera, tener un punto de partida te ahorra tiempo y te permite enfocarte en mejorar la propuesta.
En investigación educativa también hay mucho por explorar. Si estás sistematizando experiencias, podés pedirle al modelo que organice tus notas de campo, que sugiera categorías de análisis o que te ayude a redactar conclusiones tentativas. No es una varita mágica, pero es una herramienta poderosa para acompañar tus procesos intelectuales.
El uso de Chat GPT en educación también invita a pensar en cómo enseñar a los estudiantes a sacarle provecho. No se trata solo de usarlo para responder tareas, sino de mostrarles cómo puede convertirse en una herramienta para estudiar mejor, organizarse, mejorar su expresión escrita y desarrollar una mirada más crítica. Enseñar a dialogar con la inteligencia artificial también es enseñar a pensar.
En definitiva, transformar datos en conocimiento es un arte que implica observación, reflexión y conexión. Chat GPT no hace el trabajo por vos, pero puede ser una compañía valiosa en ese proceso. Usado con criterio, se convierte en una especie de sala de ensayo intelectual, donde probar ideas, hacer ajustes y descubrir nuevas formas de mirar lo que ya tenemos. Porque al final, no se trata solo de acumular información, sino de lograr que esa información cobre sentido y nos ayude a construir algo mejor.
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