Por: Maximiliano Catalisano
Las vacaciones traen un ritmo distinto y está bien disfrutarlo. Los chicos suelen acostarse tarde, mirar películas hasta la madrugada, dormir hasta el mediodía o incluso tener horarios irregulares cada día. Pero la semana previa al regreso a clases es clave para acompañarlos a recuperar el ritmo de descanso, evitando discusiones de última hora y mañanas caóticas con cansancio y malhumor. Restablecer horarios de sueño no es solo acostarlos temprano la noche anterior al primer día de clases. Es un proceso gradual que ayuda a que sus cuerpos y emociones se preparen para la rutina escolar, con energía y ánimo de aprender, jugar y compartir con amigos.
por qué es importante recuperar el horario de sueño
Dormir bien no es un lujo, es una necesidad que impacta en el humor, la concentración, la memoria y el rendimiento en la escuela. Durante las vacaciones, los chicos suelen disfrutar de la flexibilidad, pero volver a la escuela implica horarios de ingreso fijos que requieren que estén descansados para transitar la mañana con mayor predisposición y calma. Recuperar estos horarios con tiempo evita el golpe abrupto de la vuelta a la rutina y ayuda a que cada mañana sea más amigable para toda la familia.
Comenzar de forma gradual
No se trata de exigir de un día para el otro que se acuesten tres horas antes de lo habitual, sino de adelantar de a poco el horario de ir a la cama. Se puede comenzar una semana antes de clases, adelantando quince a veinte minutos cada día tanto la hora de dormir como la de levantarse. Este cambio progresivo permite que el reloj biológico se acomode de manera natural, reduciendo la resistencia y ayudando a que el cuerpo se adapte al nuevo horario sin tensiones.
Cuidar las rutinas previas al descanso
La rutina antes de dormir prepara el cuerpo para el descanso. Durante la semana previa, es importante evitar pantallas al menos una hora antes de acostarse, ya que la luz azul de los dispositivos interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño. Se pueden reemplazar por actividades más tranquilas como leer un cuento, escuchar música suave o conversar sobre lo vivido en el día. Generar un clima de calma en el hogar con luces bajas y un ambiente relajado facilita que los chicos se duerman con mayor tranquilidad.
Crear un ambiente adecuado para dormir
El ambiente donde duermen también influye. Asegurarse de que la habitación esté ordenada, con una temperatura agradable y lo más oscura posible ayuda a conciliar el sueño. Muchas veces, durante las vacaciones, los espacios de descanso se llenan de juguetes o se desorganizan con horarios irregulares. Ordenar junto a los chicos su cuarto y preparar la cama cada noche es un gesto que aporta a la construcción de la rutina de descanso.
Mantener horarios de comidas regulares
El horario de la cena influye directamente en el momento de ir a dormir. Durante la semana previa al regreso a clases, es útil establecer un horario de cena más temprano y regular para que el cuerpo comience a acomodar sus ciclos. Evitar cenas muy pesadas y reemplazarlas por comidas livianas facilita la digestión y contribuye a que puedan dormirse con más facilidad.
Involucrar a los chicos en la planificación
Es positivo conversar con los chicos sobre la importancia de dormir bien para poder disfrutar de la escuela, estar con energía para jugar con amigos y aprender con atención. Involucrarlos en la organización de estos horarios, invitándolos a elegir un libro para leer antes de dormir o a armar un plan de “preparación para volver a clases”, genera compromiso y reduce la resistencia al cambio de rutina.
Evitar las siestas largas
Durante las vacaciones, es frecuente que los chicos duerman siestas extensas por la tarde, pero en la semana previa al regreso conviene limitar las siestas o mantenerlas muy cortas, no mayores a veinte minutos. De esta forma, se favorece el sueño nocturno y se evita que lleguen con demasiada energía a la hora de acostarse.
Convertir el regreso a la rutina en un momento de cuidado
Recuperar los horarios de sueño no tiene que vivirse como una obligación rígida, sino como una forma de cuidarse y de prepararse con energía para el regreso a clases. Se pueden marcar estos días con gestos simples como preparar un desayuno especial cuando se levantan más temprano o planificar actividades al aire libre durante la mañana, ayudando a reforzar la necesidad de acostarse temprano al final del día.
Un inicio de clases con energía
Volver a la rutina de horarios de sueño antes de que comiencen las clases ayuda a que el regreso sea más amigable, con menos cansancio, discusiones y enojos en las mañanas. Dormir bien permite que los chicos transiten el inicio del ciclo escolar con mejor humor y mayor predisposición para aprender y disfrutar de su tiempo en la escuela. Estos pequeños pasos durante la semana previa son una inversión en bienestar, calma y alegría para toda la familia.