Por: Maximiliano Catalisano

En los últimos años, el aula se transformó en un espacio donde conviven múltiples lenguajes, plataformas y necesidades de aprendizaje. Entre esas nuevas formas de enseñar, los podcasts se convirtieron en una herramienta que despierta interés tanto en docentes como en estudiantes. No solo permiten trabajar contenidos de manera flexible y accesible, sino que también abren la puerta a experiencias educativas más creativas y participativas. Esta nota busca mostrar por qué los podcasts están ganando terreno en la escuela y cómo pueden convertirse en un recurso que potencia la motivación y la comprensión, generando una nueva forma de aprender que se adapta al ritmo del mundo actual.

El formato podcast, lejos de ser una moda, responde a una necesidad real: aprender en movimiento, escuchar a distintos especialistas, ampliar marcos interpretativos y, sobre todo, incorporar recursos que conectan con la cultura juvenil. Muchos estudiantes ya consumen podcasts por interés propio, lo que facilita su integración al aula sin generar rechazo. Este puente entre lo cotidiano y lo escolar permite que el aprendizaje fluya con naturalidad y que los contenidos se resignifiquen desde una perspectiva más cercana.

Además, escuchar podcasts fomenta habilidades que la escuela viene buscando fortalecer desde hace años: la concentración sostenida, la comprensión auditiva, la capacidad de análisis y la producción de ideas propias. Al no depender de una pantalla, el estudiante se conecta con la voz, el tono, las pausas y los matices del discurso, elementos clave para comprender y retener información. En este sentido, el podcast ofrece una experiencia distinta a otras herramientas digitales, porque habilita un tipo de atención que combina libertad de movimiento con profundidad intelectual.

Un recurso versátil para diversas áreas

Una de las mayores fortalezas del podcast en la escuela es su versatilidad. Se puede usar en materias sociales, en ciencias, en lenguas, en arte e incluso en proyectos institucionales. Por ejemplo, un docente de historia puede seleccionar un episodio que narre un acontecimiento desde distintas perspectivas y proponer luego un debate reflexivo; un profesor de biología puede elegir un podcast sobre avances científicos y pedir a los estudiantes que elaboren conclusiones propias; en lengua, escuchar entrevistas o relatos ayuda a analizar estructuras narrativas, argumentativas o descriptivas.

La versatilidad también aparece cuando los estudiantes se convierten en productores. Crear un podcast escolar implica investigar, escribir guiones, organizar ideas, cuidar el lenguaje oral, practicar la expresión y trabajar en equipo. Todo este proceso desarrolla competencias comunicacionales que son esenciales en la vida académica y personal. La producción de podcasts no solo refuerza contenidos curriculares, sino que también fortalece habilidades blandas como la colaboración, la escucha activa y la responsabilidad grupal.

Más allá de las disciplinas, los podcasts funcionan muy bien en proyectos transversales. Una escuela puede, por ejemplo, crear una serie institucional donde se aborden temas de convivencia, campañas de salud, entrevistas a docentes o experiencias estudiantiles. Este enfoque genera pertenencia y construcción comunitaria, haciendo que los estudiantes se sientan partícipes de la vida institucional.

Aprender con voces diversas

El mundo del podcasting abre un universo de voces a las que antes la escuela no tenía acceso. Hoy es posible escuchar a especialistas de distintos países, a divulgadores, investigadores, artistas, deportistas y personas que comparten experiencias desde ángulos no tradicionales. Para los estudiantes, esta diversidad de voces amplía horizontes y rompe con la idea de que el conocimiento se transmite únicamente desde el docente o desde el texto impreso.

Escuchar relatos reales, entrevistas o testimonios en primera persona permite comprender fenómenos complejos desde una mirada más humana. Este tipo de experiencias ayuda a que los estudiantes conecten emocionalmente con los contenidos, lo que favorece la retención y el interés. La inclusión de estas voces externas también contribuye a derribar estereotipos y expandir la capacidad crítica de quienes están aprendiendo.

Otro aspecto relevante es que el podcast estimula la imaginación. Al no tener imágenes, el oyente debe construir mentalmente lo que está escuchando. Esta actividad cognitiva es especialmente valiosa en una época donde la inmediatez visual domina gran parte del consumo digital.

Accesibilidad y flexibilidad para todos los ritmos de aprendizaje

Los podcasts ofrecen una oportunidad enorme para atender distintos ritmos y estilos de aprendizaje. Para algunos estudiantes, leer textos extensos puede resultar difícil, pero escuchar una explicación clara facilita la comprensión. Otros, en cambio, aprovechan el formato para repasar contenido en casa, durante un viaje o mientras realizan actividades cotidianas. Esta accesibilidad permite que cada estudiante organice su propio tiempo y se conecte con los contenidos cuando se siente más cómodo.

En la educación inclusiva, los podcasts también se vuelven una herramienta valiosa. Permiten acompañar a estudiantes con dificultades lectoras, con baja visión o con necesidades específicas de aprendizaje. La posibilidad de pausar, retroceder o volver a escuchar un fragmento ofrece un nivel de autonomía que otros recursos no siempre brindan.

La flexibilidad del podcast no solo favorece al estudiante, sino también al docente, que puede seleccionar fragmentos específicos para trabajar en clase, incorporar audios breves en actividades de reflexión o incluso utilizar episodios como disparadores para debates y proyectos integradores.

Cómo comenzar a usar podcasts en el aula

Para incorporar este recurso no es necesario ser experto ni contar con equipamiento complejo. En la mayoría de los casos, basta con un celular, un micrófono sencillo y una aplicación básica de grabación y edición. Lo importante es planificar el uso pedagógico: definir qué se busca trabajar, seleccionar episodios adecuados y proponer actividades que realmente permitan profundizar en los contenidos.

Un buen punto de partida es comenzar escuchando podcasts breves durante algunos minutos de clase. Luego, se pueden plantear preguntas para guiar el análisis y abrir la conversación. Con el tiempo, y cuando los estudiantes se familiaricen con el formato, es posible avanzar hacia la producción de sus propios episodios. Esta etapa suele ser una de las más motivadoras, porque les permite expresarse, investigar y mostrarse ante la comunidad educativa desde un lugar distinto.

La clave está en integrar el podcast como una herramienta más dentro de la planificación curricular, no como un elemento accesorio o aislado. Cuando se utiliza con sentido pedagógico, puede enriquecer las clases y convertirse en un recurso que acompaña procesos de aprendizaje más profundos.

Un camino que recién comienza en la escuela

El potencial pedagógico de los podcasts en el aula es enorme. Permiten enseñar de manera dinámica, conectada con la cultura actual y respetuosa de los distintos modos de aprender. Favorecen la creatividad, la reflexión, la investigación y la expresión personal. Además, abren una puerta hacia experiencias más participativas, donde los estudiantes no solo reciben información, sino que también la producen y la transforman.

En un momento en el que las formas de comunicar cambian constantemente, el podcast ofrece a la escuela un puente entre la tradición oral y las nuevas tecnologías. Un puente que invita a escuchar, imaginar y crear. Un puente que, bien utilizado, puede convertir el aula en un espacio donde las voces se multiplican y el aprendizaje se vuelve más significativo.