Por: Maximiliano Catalisano
El regreso a clases trae cambios de horarios, ajustes de rutinas y la necesidad de organizar cada mañana para comenzar bien el día. El desayuno se convierte en ese momento que puede marcar la diferencia entre un inicio de jornada con energía o uno cargado de cansancio y malhumor. Sin embargo, entre despertadores, mochilas y corridas, muchas veces se transforma en un trámite rápido o se saltea por completo. Preparar desayunos nutritivos y sencillos en casa, con alimentos que aporten energía y sean fáciles de preparar, es una forma de cuidar a los chicos y de darles una base sólida para encarar sus actividades escolares con atención, buen humor y fuerza.
Por qué es importante el desayuno antes de ir a la escuela
Después de varias horas de sueño, el cuerpo necesita recargar energías para activar la concentración, la memoria y el estado de ánimo. Los chicos que desayunan tienen mejor predisposición para aprender, jugar y socializar en la escuela. Saltarse el desayuno o tomar algo apurado de pie puede generar cansancio, irritabilidad o falta de atención en clase. Por eso, dedicar unos minutos a preparar y compartir un desayuno nutritivo se convierte en un acto de cuidado diario, ayudando a que cada chico comience su jornada con todo lo que necesita.
Qué incluir en un desayuno nutritivo
Un desayuno nutritivo no tiene que ser complicado ni costoso. Lo importante es que combine alimentos que aporten hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales. Una opción puede ser un vaso de leche o yogur con cereales, frutas frescas de estación o pan con queso. También se pueden sumar frutos secos en pequeñas cantidades, jugos naturales o licuados. Estos alimentos ayudan a mantener la energía durante la mañana y a evitar bajones de azúcar que pueden generar cansancio o falta de concentración.
Adaptar el desayuno a las costumbres de la familia
Cada familia tiene horarios y costumbres diferentes. Lo importante es encontrar una rutina de desayuno que sea posible de sostener en el tiempo, adaptada a las realidades de cada casa. Si los chicos se levantan con poco apetito, se puede comenzar con algo liviano y sumar una colación a media mañana. Si hay poco tiempo, se pueden dejar preparados los alimentos la noche anterior, para facilitar que el desayuno sea un momento tranquilo y compartido, sin discusiones ni apuros innecesarios.
Involucrar a los chicos en la preparación
Invitar a los chicos a elegir entre algunas opciones de desayuno, a preparar la mesa o a armar sus licuados o tostadas es una forma de reforzar su autonomía y de generar entusiasmo por este momento del día. Cuando participan en la preparación, se sienten parte y se incrementan las posibilidades de que desayunen con ganas. Además, es una oportunidad para conversar sobre la importancia de alimentarse bien y para enseñarles pequeños hábitos que cuidan su salud.
Cuidar el ambiente durante el desayuno
El modo en que se vive el desayuno también influye en cómo los chicos encaran la jornada escolar. Evitar que sea un momento de corridas, gritos o tensiones ayuda a que puedan disfrutarlo y a que asocien este momento con un espacio de calma antes de salir de casa. Apagar pantallas, sentarse juntos, aunque sea por unos minutos y conversar sobre lo que harán durante el día genera un clima de conexión que los chicos valoran, reforzando el vínculo familiar y aportando seguridad para enfrentar las actividades escolares.
Ideas de desayunos fáciles y nutritivos
Algunas opciones que se pueden preparar de forma sencilla son licuados de banana y leche con avena, tostadas con queso y frutas frescas, yogur con cereales y semillas, o pan casero con mermelada y un vaso de leche. La clave está en combinar alimentos que aporten energía y que sean de fácil digestión, priorizando la variedad y el color en el plato. No es necesario preparar grandes banquetes, sino encontrar combinaciones simples que resulten atractivas y sean posibles de sostener cada mañana.
Sostener el hábito en el tiempo
El regreso a clases es un buen momento para reforzar la importancia del desayuno en la rutina diaria, pero también es importante sostener este hábito durante todo el año. Los chicos necesitan constancia para incorporar este momento como parte de su día, aprendiendo que cuidar su alimentación es una forma de prepararse para aprender, jugar y crecer. Los adultos, al acompañar con el ejemplo, refuerzan este aprendizaje de forma natural.
Un momento de cuidado diario
Preparar desayunos nutritivos en el regreso a clases no es una tarea más en la lista, sino una oportunidad para cuidar a los chicos, reforzar el vínculo familiar y comenzar cada día con energía. Con pequeños gestos y organización, este momento se convierte en un ritual cotidiano que aporta bienestar y seguridad, ayudándolos a transitar cada jornada escolar con alegría y fuerza.