Por: Maximiliano Catalisano
Cuando elegimos un cuaderno o un lápiz, pocas veces pensamos que estamos tomando una decisión que impacta en la naturaleza. Sin embargo, cada compra puede convertirse en una oportunidad de cuidar el ambiente, enseñar con el ejemplo y construir un futuro más responsable para las nuevas generaciones. El ecodiseño aplicado a materiales educativos invita a repensar lo que usamos a diario en la escuela o en casa, mostrando que la sostenibilidad puede empezar con pequeñas elecciones que suman mucho. Desde qué cuadernos elegimos hasta cómo organizamos el aula, cada paso cuenta para enseñar con acciones concretas el cuidado del planeta.
El ecodiseño en materiales educativos es una forma de pensar los objetos que se usan en la escuela, considerando su impacto ambiental desde su fabricación hasta su descarte. Implica elegir productos que utilicen menos recursos, generen menor contaminación y puedan ser reciclados o biodegradados. Al aplicarlo en las aulas, se contribuye al aprendizaje de valores de respeto por la naturaleza y de hábitos de consumo consciente.
Un primer paso es revisar los cuadernos que compramos. Existen marcas que ofrecen cuadernos realizados con papel reciclado o con certificación FSC, garantizando que provienen de bosques gestionados de manera responsable. Estos cuadernos, además, suelen utilizar tintas a base de agua y procesos de producción con menor consumo energético, contribuyendo a la reducción de emisiones.
Los lápices también pueden elegirse con criterios de ecodiseño. Algunas marcas producen lápices hechos con madera de bosques reforestados, sin barnices tóxicos, con minas de grafito de calidad que evitan el desperdicio y con empaques reciclables. Además de ser una herramienta de escritura, estos lápices se convierten en un recurso para conversar con los estudiantes sobre cómo nuestras elecciones cotidianas pueden ayudar a proteger los recursos naturales.
En el caso de las fibras o marcadores, algunas opciones incluyen recargas en lugar de comprar nuevos productos, reduciendo así el plástico que se descarta. Otras alternativas son los marcadores de pizarra con tintas al agua y cuerpos reciclables, que se convierten en una opción más responsable para el uso diario en clase.
El mobiliario escolar también puede pensarse con criterios de ecodiseño. Mesas, sillas y estantes fabricados con maderas recicladas, plásticos recuperados o materiales con procesos de bajo impacto ambiental son cada vez más accesibles para las escuelas. Estos muebles, además de cumplir su función de manera resistente, demuestran que el diseño y la responsabilidad ambiental pueden ir de la mano.
Para quienes buscan ejemplos de marcas que acompañan este camino, Faber-Castell Eco lápiz es una de las referencias más conocidas, ya que fabrica lápices con madera certificada y procesos que disminuyen el impacto ambiental. Su línea Ecoline se ha consolidado en muchos países como una opción de calidad y cuidado del ambiente. Totto, por su parte, cuenta con mochilas y estuches realizados con materiales reciclados que no solo son funcionales y atractivos para estudiantes, sino que también ayudan a reducir la cantidad de plásticos en el ambiente.
Otras marcas como Staedtler y Bic también han desarrollado líneas de productos con contenido reciclado y envases más sostenibles. Lo importante al elegir es revisar las etiquetas, buscar certificaciones ambientales y optar por productos que reduzcan la huella de carbono y el consumo de recursos.
Aplicar el ecodiseño en materiales escolares no se trata solo de cambiar productos, sino de educar a través de esas elecciones. Por ejemplo, se pueden realizar actividades en clase donde los estudiantes comparen envases, materiales y procesos de producción de distintos productos escolares, aprendiendo a analizar cuál es más responsable con el ambiente. También se pueden impulsar proyectos de reciclado de materiales escolares, incentivar la reparación de mochilas y cartucheras, y organizar ferias de intercambio de útiles para prolongar la vida útil de los objetos.
Los docentes pueden trabajar con ejemplos de ecodiseño para explicar conceptos de ciencia, economía circular y responsabilidad ambiental de manera práctica, vinculando estos temas con la realidad de cada estudiante. De esta forma, el ecodiseño no queda solo en un producto, sino que se transforma en un recurso pedagógico para enseñar sobre consumo consciente.
Las familias también pueden sumarse a este camino, eligiendo materiales con menor impacto ambiental, incentivando el uso responsable de útiles y mostrando que consumir con cuidado es una forma de respeto y cuidado hacia las personas y hacia el planeta.
Incorporar el ecodiseño en las escuelas ayuda a disminuir la cantidad de desechos generados, reduce el uso de recursos naturales y promueve un estilo de consumo más reflexivo. Pero también genera en los estudiantes la conciencia de que cada decisión que toman puede contribuir a un cambio positivo. No se trata de grandes inversiones, sino de pequeñas elecciones: un cuaderno de papel reciclado, un lápiz de madera certificada, un marcador recargable, una mochila de material reciclado. Todo suma.
El ecodiseño aplicado a materiales educativos es una herramienta que permite a las escuelas ser parte activa de la transformación hacia comunidades más responsables y respetuosas con el ambiente. Cada cuaderno, cada lápiz, cada mobiliario seleccionado con esta perspectiva se convierte en un gesto que enseña y alienta a construir un futuro donde aprender y cuidar puedan ir siempre de la mano.